¿Sabias que?

¿Sabías qué…?

Aproximadamente 15 millones de átomos de potasio 40 y 7000 átomos de uranio natural se desintegran en nuestro organismo cada hora.


Los televisores y monitores de tubo (los que no son «planos») emiten una pequeña cantidad de rayos X.


Las nueces amazónicas son el alimento más radioactivo, sin que esto constituya un peligro para la salud.

En Estados Unidos, para que una bebida alcohólica sea apta para el consumo humano debe presentar cierto grado de radioactividad que demuestra que el alcohol es de origen vegetal y no derivado del petróleo.



En la década del cincuenta, en algunos comercios, como la conocida tienda London-París, los zapatos se probaban en el pie del comprador usando rayos X.



El calor generado en el interior de la tierra en parte es producido por la radiación emitida por el uranio y el torio. Este calor es responsable de volcanes y géiseres.



Frecuentemente los detectores de radioactividad en puertos, aduanas y aeropuertos se disparan cuando llega un cargamento de bananas. Esto se debe a que la banana contiene potasio, del cual 1 de cada 800 núcleos es potasio 40, que es radioactivo.


Existe una unidad de medida para pequeñas dosis llamada «dosis equivalente a un plátano». Esta toma como referencia la radioactividad de la banana.

Los pararrayos radioactivos funcionan utilizando una fuente radioactiva que ioniza el aire a su alrededor atrayendo entonces a los rayos.

Un reactor nuclear de potencia similar a una central eléctrica convencional consume en un año cerca de una tonelada de uranio 235. Ocho metros
cúbicos de uranio natural, que pesan 140 toneladas, tienen esta cantidad de uranio 235.

El Sol y las estrellas obtienen la enorme energía que producen a partir de la fusión nuclear.

Los submarinos nucleares tienen sus motores movidos por vapor, que es generado por combustible nuclear, por lo cual no necesitan consumir oxígeno como los motores convencionales y pueden estar sumergidos por largos períodos.

Se produce antimateria al lado del Estadio Centenario, en el CUDIM. Allí se generan constantemente positrones que serán utilizados en estudios clínicos.

Las reservas de uranio en el mundo no son inagotables. Diferentes estudios muestran que estas alcanzarían para unas decenas de años si toda la energía eléctrica proviniese de centrales nucleares.


Un dispositivo para tratamientos con radiación que se encontraba en un hospital abandonado en Goiana (Brasil) fue desarmado por algunas personas. En él encontraron polvo que brillaba (cesio-137, radioactivo) y lo utilizaron por diversión. Este accidente ocurrió en 1987 y cuatro personas fallecieron.

En un viaje aéreo de Montevideo a Madrid se recibe una dosis cercana a un centésimo de la dosis anual debida a rayos cósmicos.

En la década del cincuenta, algunos materiales luminiscentes producidos a partir de elementos radioactivos se usaban para hacer más brillante la
dentadura.

En nuestro planeta el uranio es un elemento más abundante que la plata.

La dosis anual puede ser decenas de veces mayor que el valor promedio para poblaciones que residen a mucha altitud (La Paz, Quito, etcétera) debido a los rayos cósmicos.



Debido a la enorme proliferación de las armas nucleares, 92 bombas nucleares se perdieron en accidentes aéreos y marítimos y no han sido recuperadas.

El primer reactor en nuestro planeta existió en Gabón hace 700 millones de años!